Ecopsicologia
ecologia espiritual

Principios fundamentales que deben ser aplicados al enseñar la autorregulación psíquica a los niños y adolescentes (conferencia)

La experiencia que hemos acumulado al enseñar la autorregulación psíquica a los niños y adolescentes nos permite formular las siguientes recomendaciones:

1. El trabajo ético con los niños, necesariamente acompañado con las clases de autorregulación psíquica, debe fundar en los estudiantes las bases de la ética.

2. Los grupos pueden estar conformados sólo por niños o adolescentes o incluir también a sus padres. En el último caso, el programa estará dirigido a los menores, pero los padres participan gustosamente en tales clases. Una de las ventajas de la última opción consiste en la formación de los intereses comunes en la familia y en el fortalecimiento de su unidad.

3. Sin indicaciones médicas especiales, no se deben enseñar a los niños y adolescentes ejercicios con los chakras y meridianos (salvo ejercicios muy simples con el anahata). La razón consiste en que estos ejercicios son incompatibles con el consumo del alcohol durante y después del curso y en el caso de los niños y adolescentes, no podemos estar seguros de que ellos observarán esta regla en los años posteriores.

4. El énfasis del trabajo no debe estar centrado en obtener logros altos, sino en aumentar los conocimientos de los estudiantes y en proporcionarles la información que les ayude a escoger su propio camino en la vida cuando crezcan. Las clases de autorregulación psíquica pueden ser enriquecidas con la estética y el deporte. También pueden completarse, dependiendo de los conocimientos del instructor, con la danza, música, fotografía, pintura, turismo, tonificación del cuerpo, ecología, historia de la literatura, filosofía.

O, viceversa, se pueden enriquecer diferentes clases especializadas con los elementos de la autorregulación psíquica.

5. No se debe enseñar el shavasana a los niños menores de 12 años.

La razón consiste en que algunos niños tienen dificultades para salir de las relajaciones profundas.

Sólo bajo indicaciones médicas especiales es posible hacer una excepción de esta regla y tales sesiones deben ser realizadas por un especialista.

6. Los médicos debidamente preparados pueden usar los ejercicios con los chakras y meridianos para tratar algunas enfermedades neurológicas y psíquicas de los niños.

Estas técnicas son especialmente eficaces contra los trastornos de la socialización.

7. Lo más fácil para los niños y adolescentes es aprender los ejercicios con visualizaciones. En cambio, aprender a concentrar su atención, normalmente, les cuesta mucho más. No obstante, esto último es lo que puede ayudarles a mejorar sus resultados en la escuela.

Para mejorar estos resultados, también es recomendable excluir la comida «de matanza»* de la dieta diaria de los niños y aumentar el consumo de los alimentos que contienen proteína (huevos, productos lácteos y otros).

La misma recomendación es válida para todas las personas sin excepción.

8. Un efecto positivo interesante puede ser alcanzado si los niños acompañan a sus padres (pero no participan con iguales derechos) en las clases grupales fuera de la ciudad.

Durante estas salidas, si los adultos no mantienen una actitud latosa hacia los niños, se pone en marcha un mecanismo importante de la enseñanza: la imitación. Los niños aprenden a cuidar la naturaleza con todas sus manifestaciones de vida, a vivir en una carpa (tienda de campaña), a encender un fuego de campamento y a cocinar la comida en éste, se acostumbran a la disciplina (pues, tienen que levantarse temprano, hacer gimnasia, bañarse en la mañana, etc.), aprenden a percibir la belleza de la naturaleza y a sintonizarse con ésta, dominan fácilmente la tonificación del cuerpo. Por ejemplo, ellos mismos insisten en bañarse con los adultos en agua helada [6;9].

Con respecto a estos baños, cabe mencionar que este método permite tonificar el organismo y ampliar la escala de comodidad térmica del niño para el resto de su vida. No obstante, este método debe ser aplicado tomando en cuenta las siguientes recomendaciones:

1. No se debe tratar de persuadir al niño para que se bañe. Un deseo sincero de hacerlo debe surgir en él o ella naturalmente. Pues el niño sabe mejor que nadie cuándo su organismo está listo para esto.

2. Todos los adultos presentes deben encontrarse en un estado emocional favorable.

3. Está prohibido curar mediante baños en agua helada (o mediante otros tratamientos con el frío) a los niños debilitados por enfermedades prolongadas.

El asunto es que los baños en agua helada son eficaces solamente para tratar algunos procesos enfermizos locales en aquellos niños que al momento del tratamiento gozan de un buen estado de salud en general. Es así, porque durante este tipo de baños, el efecto curativo es producido por el estrés bioenergético que surge como respuesta al impacto con el frío. Sin embargo, cuando un organismo está debilitado por alguna enfermedad prolongada, éste no dispone del potencial energético necesario para iniciar el proceso mencionado.

En tales casos, más bien los métodos opuestos podrán ser eficaces, por ejemplo, baños calientes o sauna.

 

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