Ecopsicologia
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Desarrollo de la creatividad en los niños (Experiencia del club Armonía) E.B.Ragimova

El concepto de la armonía del hombre incluye un muy amplio abanico de asuntos, los cuales no quedan cubiertos por el volumen de conocimientos y habilidades que se da en las escuelas. La armonía de la personalidad implica no sólo un desarrollo coherente de las esferas físicas, intelectuales y emocionales, sino también el desarrollo ético y espiritual, que le permite a uno vivir en armonía con el mundo circundante y le da la posibilidad de valorar la belleza y la perfección del mundo de la naturaleza e interactuar hábilmente con él.

Una de las principales tareas de la educación es ayudar a los niños a convertirse en creadores. Los niños tienen que desarrollar el deseo de conocerse a sí mismos, de conocer sus capacidades, y de hacerlas realidad por el bien de los demás.

Conocerse a sí mismo y «crearse» a sí mismo: esta es la más difícil de las artes. Así pues, uno tiene que empezar a resolver las tareas de la educación desde los primeros años de la vida de un niño. Uno tiene que encontrar y usar métodos para influir directamente en el potencial espiritual y creativo contenido en la esfera emocional-volitiva del niño. Uno tiene que despertar en el alma la aspiración a la Bondad y el Amor, lo cual puede convertirse en la fuente de la ética y la armonía de la persona [8-9,30-35,38-41].

En este artículo describimos nuestra experiencia de trabajo con grupos de niños y los métodos que usamos en este quehacer. Nuestras clases incluyeron ejercicios para el desarrollo de la imaginación, la atención, la memoria, el entrenamiento físico, métodos para templar el cuerpo y conversaciones sobre temas ético-psicológicos y estéticos. El desarrollo de la actividad creativa fue impulsado a través de la pintura, la danza y varios juegos. También utilizamos elementos de autorregulación psíquica [9] para llamar la atención de los niños sobre los problemas del autocontrol y la autoeducación, ambas herramientas necesarias para el desarrollo de una personalidad armoniosa.

El trabajo sobre el desarrollo de la capacidad creativa puede tener éxito sólo si hay un ambiente emocional positivo durante la clase. Las técnicas de autorregulación psíquica del sistema antes mencionado son muy útiles para este propósito, ya que crean un ambiente cálido, benevolente, y animan a los niños a «abrirse» y compartir lo mejor con los demás. También agudizan la percepción, mejoran la actividad mental y permiten a los niños contemplar el mundo con más amplitud de miras. Enseñando los métodos de autosugestión también se puede hacer psicocorrección de las personalidades de los estudiantes, lo cual es muy importante.

En la lista siguiente vemos los focos principales del trabajo con los niños:

a) Eliminar la desconfianza y la tensión emocional en los estudiantes.

b) Dotarles de habilidad para comunicarse de maneras armoniosas con los demás, sobre la base de la benevolencia.

c) Formar en ellos el pensamiento ecológico, incluyendo una actitud cuidadosa hacia la naturaleza.

d) Desarrollar la capacidad para concentrar la atención.

e) Dar forma en ellos a las necesidades estéticas.

f) Hacer entrenamiento físico básico, incluyendo ejercicios para que desarrollen un correcto porte y control del cuerpo; también juegos dinámicos, correr, y atemperar el cuerpo.

En cada clase, una de las facetas del total del trabajo es elegida como la principal.

Las clases se imparten dos veces por semana en un gimnasio. La duración de cada clase es de unas tres horas. Además, el fin de semana se usa para viajes fuera de la ciudad o para excursiones (por ejemplo, a salas de exposiciones).

El mejor número de alumnos en el grupo es de 12 a 16. El grupo se compone o bien de niños de 8-12 años, o de 10-15 años. Los padres pueden participar en la clase; esto crea un ambiente «cálido», «familiar», resuelve no pocos problemas dentro de las familias, y contribuye al desarrollo de las habilidades de comunicación. Es muy importante hacer que los padres se interesen en una forma semejante de trabajo con sus hijos. Si los padres comprenden la importancia de las tareas de nuestro trabajo el progreso de los niños se acelera. Por tanto la vertiente del trabajo con adultos es una tarea del todo independiente, que ha de ser realizada a base de conversaciones, charlas sobre nutrición, psicología de la comunicación con los niños, y familiarizar a los padres con la correspondiente literatura [8-9,29,31,33- 34,38-39,41].

Los niños y padres que participan en las clases deben ir vestidos con ropa deportiva y traer esterillas para sentarse en el gimnasio. La ropa y esteras han de ser de tejidos naturales, ya que la tela sintética puede tener un efecto adverso en los procesos metabólicos en el cuerpo. El gimnasio no debe iluminarse con lámparas fluorescentes.

* * *

La parte introductoria de cada clase incluye el ejercicio Deseo, que sintoniza a los participantes con la labor y crea un ambiente emocional positivo. Todos se sientan en un círculo* en la postura del discípulo (es decir, sentado sobre los talones, espalda vertical y las manos sobre los muslos). El instructor recuerda a todos que han de relajar los músculos de la cara, cuello, abdomen, brazos, y sugiere escuchar el silencio de la sala, y luego… el silencio interno… La voz del instructor debe ser lo suficientemente alta (que todos puedan oírle sin esfuerzo), tranquila, con pausas para hacer los ejercicios propuestos.

El instructor recita la meditación:

«Sintamos calor en el centro del pecho…

»Ahí hay un pequeño trocito de sol…

»Palpita, crece, llena todo el pecho con su calor…

»Sus rayos quieren difundirse al exterior…

»Los enviamos hacia adelante a todo el mundo, extendiéndolos como brazos en señal de amistad…

»Junto con los rayos, enviamos deseos a todo el mundo:

»¡Que haya amistad!

»¡Que haya luz!

»¡Que haya alegría en el mundo entero!

»Ahora enviemos los rayos de nuestra amistad hacia atrás, fuera del gimnasio, a todas las personas conocidas y desconocidas, a todos los animales, a todas las plantas…».

Luego hacemos el Deseo hacia la derecha, hacia la izquierda, luego hacia arriba y hacia abajo.

También se pueden usar otras fórmulas, por ejemplo:

«¡Que todos los seres tengan paz!

»¡Que todos los seres tengan tranquilidad!

»¡Que todos los seres tengan éxtasis!»


La parte principal de la clase incluye un calentamiento, ejercicios de autorregulación psíquica, incluyendo ejercicios psicofísicos, danza espontánea en forma de juego, juegos-meditaciones, ejercicios físicos y relajación.

Los ejercicios psicofísicos son una combinación de movimientos físicos con la autosugestión. Dado que estos ejercicios pueden ser difíciles de hacer para los niños, les entrenamos empezando con ejercicios lúdicos de preparación durante el calentamiento. Les sugerimos que centren la atención en los músculos y las articulaciones que estén funcionando y que visualicen flujos de luz del sol, o el agua pura de lluvia «fluyendo» a través de ellos. Luego los niños se identifican con imágenes de una flor de diente de león, un árbol joven, una brizna de hierba, etc.

A continuación ofrecemos una descripción de ejercicios psicofísicos básicos en una forma adecuada para los niños. Estos ejercicios se realizan estando de pie.

Regalar es un ejercicio que nos entona con el deseo de compartir con los demás todo lo mejor que hay en nosotros. En la posición inicial, los brazos están doblados, con los codos al nivel del pecho y las manos en los pectorales. Entonces movemos las manos en un gesto amplio hacia adelante y hacia los lados. «Todo lo que hemos recibido, tenemos que darlo a los demás… Damos generosamente, gratis, todo lo bueno que hemos acumulado, sin deseos de recibir recompensa ninguna…» Repetir este ejercicio varias veces.

El ejercicio Reconciliación se ejecuta haciendo una serie de movimientos hacia abajo, en forma de ondas suaves, usando una de las manos. Este gesto simboliza la paz, la armonía, la tranquilidad en nosotros y en el espacio circundante. Incluso la mera visualización de uno mismo haciendo este ejercicio, si se hace de manera sentida, puede tener un efecto estabilizador.

Como preparación para el ejercicio Despertarse, hay que relajar el cuerpo e inclinar ligeramente la cabeza hacia atrás. Nos sumergimos en la pureza y frescura de la mañana, la cual nos llena de vigor, energía y salud. ¡Sentimos alegría! ¡Sentimos nuestra unidad con el mundo entero! Elevamos las manos y nos estiramos, tal como hacemos después de dormir, y despertamos para ver la belleza y armonía del mundo… Dejamos entrar en nosotros el flujo de la frescura de la mañana que viene de arriba (las manos se mueven abajo hacia los hombros como ayudando a este flujo a entrar en nuestros cuerpos)… Nos lavamos con la luz solar, la vertemos en cada célula del cuerpo… Nos convertimos en una brizna de hierba, en un brote verde… Fluye la brisa de la mañana… El cuerpo entero se mece, baila como una hebra de hierba bajo los rayos del sol matinal… El ejercicio se convierte en un juego-danza espontáneo.

La danza espontánea se hace en el estado de relajación total del cuerpo. Sus movimientos no son planeados, ni vienen de la mente. El cuerpo debe entrar en armonía con el espacio circundante; baila por sí mismo, lleno de felicidad… Nos ponemos de puntillas, alzamos las manos, la cara, sentimos el flujo de dorada luz solar… Las corrientes solares recorren nuestros cuerpos… Forman un mar solar, y nos disolvemos en él… Cuerpos transparentes, como algas marinas bailamos en el mar solar…

Puede haber diferentes variantes de la danza espontánea; por ejemplo, una danza de balones de aire multicolores en el cielo azul, o una bandada de blancos pájaros libres entre los rayos del sol del alba.

La danza ayuda a cambiar el estado físico y psicológico de los participantes, elimina la desconfianza, nos llena de felicidad y alegría.

A veces puede ir acompañada por la música. Es bueno utilizar melodías tranquilas y suaves de tipo oriental, para sintonizarse con movimientos suaves, fluidos.

Todos los ejercicios recién descritos usan uno de los primeros métodos de autorregulación psíquica: el trabajo con imágenes (visualización). Desde los primeros minutos de la clase (a partir del ejercicio el Deseo) los niños se zambullen en el mundo de la imaginación. Se hacen partícipes del proceso creativo que se desarrolla con la ayuda del instructor y el esfuerzo común de todos los participantes. Al paso que crecen las habilidades de los niños, el instructor puede incluir juegos-meditaciones, un método ampliamente utilizado en la terapia-estética para adultos. En nuestro caso se modifica conforme a la edad de los niños.

Los juegos-meditaciones implican el desarrollo de un tema estético concreto a través de la visualización. El instructor sugiere un tema, asigna los roles a los participantes y luego «dibuja» en sus pantallas imaginativas las evoluciones de unos y otros sujetos usando vívidas imágenes estéticas. Los estudiantes deben «entrar en las imágenes», identificarse con ellas, sentir el desarrollo de una relación armoniosa con los demás participantes y expresar estas relaciones a través de los movimientos. En este caso, la suavidad y la armonía de los movimientos manifiestan los estados emocionales que se producen en el proceso de la experiencia meditativa.

Se usaron las siguientes versiones del juego-meditaciones:

Viaje al fondo del océano: nos movemos en cálidas aguas transparentes entre algas que se mecen suavemente, piedras multicolores, peces que juegan y manchas de luz solar.

La vida de las flores: todos los participantes se identifican con sus flores favoritas. Es temprano en la mañana… Los primeros rayos del sol despiertan a la flor. Ella endereza los pétalos, decorados con gotas de rocío, y sonríe al sol. La flor feliz da su dulce néctar a una abeja que se posa en ella, a una oruga peluda y a sus otros amigos.

Vuelo de pájaros en las nubes: nubes de color blanco y rosa en el cielo azul, ingrávidos pájaros blancos, suaves rayos del sol… En este juego experimentamos la interacción de todos estos elementos.

Las estaciones del año: todos los participantes se identifican con un árbol del bosque, con una gota de lluvia, con un pájaro silvestre, y viven sus vidas en diferentes estaciones del año.

Uno puede complementar este tipo de juegos con música. Puede ser, por ejemplo, la antigua música taoísta de China, o música de hoy tocada en sintetizadores que reproduzca los sonidos y las imágenes de la naturaleza.

El éxito de este trabajo lo garantiza la capacidad del instructor para hacer que los estudiantes experimenten las imágenes apropiadas con la mayor vividez. El instructor debe ser capaz no sólo de encontrar palabras expresivas adecuadas, sino también de acercar a los estudiantes la experiencia contenida en esas palabras.

Los ejercicios físicos son un componente necesario de cada clase. La salud del cuerpo es esencial para una visión alegre del mundo. Por lo tanto, una de las tareas del trabajo con los niños es enseñarles la forma de vida saludable. En particular, durante la clase los niños han de sentir la alegría que les aporta el movimiento activo.

Las series de ejercicios físicos, dominados por los alumnos en la clase, también tienen que ser usadas en casa.

Los ejercicios físicos de movimiento van dirigidos al desarrollo de la elasticidad de la columna vertebral y las articulaciones, a la formación de los grupos de músculos que aseguran el porte correcto.

Una serie de ejercicios estáticos (asanas) de hatha yoga se complementa con la explicación de su efecto en el organismo y en su estado psíquico [6,9,21].

También enseñamos los métodos de la gimnasia respiratoria [21], pranayamas sencillos [9], y ciertos ejercicios de gimnasia china tai chi.

Otro elemento de esta parte de las clases son juegos de movimiento y correr al aire libre. Damos a los niños las herramientas del trote meditativo, entre otros [9]. El uso del trote meditativo nos permite transformar la marcha monótona ordinaria en un juego agradable que enriquece la esfera emocional.

Asimismo, los participantes se familiarizan con los conceptos básicos de la temperancia [9,29,42], incluyendo caminar descalzo en cualquier estación del año. Los niños más preparados practican (junto con los padres) el baño en aguas abiertas durante todo el año.

Tengamos en cuenta que los métodos para atemperar el cuerpo no sólo desarrollan hábitos saludables, sino también entrenan la propia fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad es necesaria para la formación de la personalidad del niño en la adolescencia.

Para la práctica de la relajación usamos el ejercicio Reposo. Consiste en la relajación secuencial de todos los músculos, a partir de los dedos de los pies hasta la cabeza, tumbados de espalda con los ojos cerrados. El estado de relajación se prolonga durante varios minutos. Este ejercicio se puede hacer con música de fondo. Usamos la música de laúd de compositores antiguos, música de G.Gurdjieff y antigua música coral rusa. El instructor puede sugerir imágenes durante la relajación, por ejemplo, describir las olas cálidas del mar, la arena en la playa calentada por el sol, una nube suave que envuelve el cuerpo, y así sucesivamente.

Además del ejercicio Reposo, los estudiantes aprenden en nuestras clases otras técnicas de relajación, como la postura del cocodrilo, la postura de la media tortuga [9] y otras.

Durante la relajación se pueden atenuar las luces brillantes del gimnasio.

La parte final de la clase incluye conversaciones, juegos y otras actividades que siguen entrenando el gusto estético de los niños, desarrollan las manifestaciones creativas y dan forma al pensamiento ecológico. Es importante hablar a los estudiantes acerca de la potencialidad del organismo humano, lograr que se interesen en el problema de la autorrealización.

El problema de la actitud hacia la naturaleza se explica con el uso de diapositivas, reproducción de pinturas y música. Uno puede dar, por ejemplo, la siguiente serie de diapositivas: La vida del agua, En las montañas, La primavera en la naturaleza, y así sucesivamente. Se pueden usar las reproducciones de pinturas de N.Roerich, G.Kurnin, B.Smirnoff-Rusetsky. El tema de la naturaleza en la música está bien representado en las obras de Paul Winter (Jazz ecológico) y otros. Los niños pueden escuchar música durante el pase de diapositivas o en cualquier momento con una luz débil en la sala (la luz de una vela).

Uno puede despertar las fuerzas creativas de los niños con la ayuda de las lecciones de pintura. En este caso, se les puede invitar a expresar en imágenes aquellos estados que más les han gustado durante la clase. Pueden representar la felicidad: flores levantando sus cabezas al sol y disfrutando de sus acariciantes rayos; el cosmos: planetas donde sólo existen amistades y nunca hay guerras; lluvia de oro: grandes margaritas blancas bajo la lluvia de oro de los rayos del sol.

A veces organizamos veladas de fábulas y poesía: a la luz de tan sólo una lámpara de mesa leemos cuentos de hadas y poesía rusa, oriental y de otras fuentes. Los niños pueden reflexionar sobre las fábulas de L.Tolstoy [43], la leyenda de Rama y Sita, la leyenda de Sur Das Sur Sagar, etc. Un buen cuento de hadas es una lección de psicología expresada en un lenguaje comprensible para los niños. Un cuento de hadas le permite a uno despertar las buenas cualidades en los niños y les hace reflexionar sobre cuestiones éticas [30,40].

Además de fábulas y poesías leemos historias sobre la valentía y el honor que se encuentran en libros, periódicos, revistas, con el propósito de formar ideales éticos.

La parte final de la clase puede incluir juegos. Los psicólogos señalan que los juegos son uno de los medios más importantes de la educación y que sin juegos, sin imaginación, el «flujo de creatividad» del niño se detiene. Por lo tanto, los juegos son esenciales para la estimulación de la iniciativa creativa y para la formación de la individualidad psicológica de cada participante de la clase. Por otra parte, los juegos contribuyen a establecer buenos contactos y la confianza entre los niños y los adultos.

Éstos son algunos de los juegos que utilizamos:

Espejo: un niño sigue a otro y repite todos los movimientos del cuerpo y expresiones faciales de la pareja.

Tele-ojo: un ojo imaginario se mueve dentro del cuerpo y examina sus diferentes áreas.

Flautas: percibimos el cuerpo como una flauta hueca y cantamos las vocales, o sílabas cortas, que suenan como si surgieran de sus diferentes partes. Al hacerlas sonar movemos la concentración de la conciencia a esas partes una tras otra: al centro del pecho, al centro del abdomen, al cuello, a la cabeza.

Se rueda una película: los participantes hacen «escenas» sobre un determinado tema. La tarea es hacer visibles esas "escenas" para los demás.

Tengamos en cuenta que en esta parte, así como en la clase en su conjunto, los principales criterios para la selección del material son la bondad y la belleza. Al llenar «la taza del alma» del niño con estas cualidades, le protegemos a él o ella de muchos errores, tristezas y enfermedades.

Comida conjunta: un «ritual», que concluye la clase, es a la vez obligatorio y el favorito de todos. Todos los participantes se sientan alrededor de una mesa común, donde ponemos la comida que cada uno trajo. (Permítanme enfatizar que recomendamos a los estudiantes mantener la dieta ovo-lacto-vegetariana «sin matanza»). Todo el mundo se calma y queda en silencio. El instructor dice las palabras de la meditación-sintonización:

«Sintamos un sol en el pecho…

»Enviemos desde el pecho nuestros rayos de gratitud hacia los alimentos…

»Los alimentos nos da la vida, la fuerza, la capacidad de ayudar a los demás…

»Enviemos nuestros rayos de gratitud a quienes han cultivado y han cocinado esta comida para nosotros…

»Enviemos nuestro saludo de alegría a todo lo que vive a nuestro alrededor…

»¡Que haya amistad! ¡Que haya luz! ¡Que haya alegría en el mundo entero!

»¡Buen provecho a todos!»

Todos empiezan a comer, sin olvidar compartir todo de buen grado con los demás.

Durante la comida, podemos hablar sobre las recetas o hablar simplemente de algo interesante.

* * *

Además de las clases en el gimnasio, organizamos excursiones los fines de semana fuera de la ciudad. Por ejemplo, el grupo puede ir a un lago en el bosque, donde todos puedan nadar y sentarse alrededor de una fogata. Los niños regresan de esos viajes llenos de impresiones y fuerza. Estos viajes no son sólo para el entretenimiento y el ocio: los niños llegan a conocer la naturaleza y aprender a convivir con ella. Por ejemplo, aprenden ciertos «tabúes»: no tenemos derecho a hacer daño a la naturaleza en todas sus manifestaciones, ya sea una hoja, una brizna de hierba, un insecto.

¡La naturaleza es nuestra gran casa maravillosa! La comunicación con ella ¡puede ser una gran alegría para nosotros!

* * *

Uno puede juzgar la eficacia de la metodología presentada por las conversaciones con los padres, los cuestionarios e incluso por la observación de los cambios que ocurren en los niños.

Aquí hay una lista de cambios detectados en los niños después de 7 meses de clases:

Después de cada clase sienten un aumento de vigor, de vitalidad. Su condición física y salud mejoraron.

Los métodos de este trabajo aceleran el desenvolvimiento de las capacidades de los niños. Muestran interés por la pintura, el entrenamiento físico; algunos empiezan a escribir poesía, lo cual antes no podían hacer. Les gusta escuchar música, buscan lecciones más avanzadas en música y danza. Tienen un enfoque más consciente hacia la literatura y hacia otros tipos de información entrantes. Su necesidad de autoexpresión creativa se desarrolla; su gusto estético se eleva; sus horizontes se amplían. Con todo, el efecto principal es la bondad creciente en ellos.

Estos resultados son más evidentes en niños cuyos padres o bien participaron en las clases, o asistieron a grupos en los que dominaron el sistema de autorregulación psíquica [9]. En este caso los niños y los adultos están unidos no sólo por intereses comunes, sino también por una percepción similar del mundo y por el mismo enfoque para resolver los problemas de la vida.

En conclusión, tiene sentido citar brevemente las cualidades que han de estar presentes en aquel que quiera dirigir este tipo de clases.

Obviamente podremos enseñar a los demás sólo aquello que nosotros mismos podamos hacer. Por esto es importante que el instructor haga el curso completo (para adultos) del sistema de autorregulación psíquica, del que se derivan las ideas y principios básicos de esta metodología. Los conocimientos y habilidades adquiridos en este curso nos ayudan a establecer un buen contacto emocional con los estudiantes, sin conductas autoritarias y dictaduras. Las relaciones basadas en la colaboración y el trabajo creativo común se vuelven naturales para ellos. El espectro de posibilidades del instructor se enriquece con diversas y sutiles «herramientas» para influir en la esfera emocional-volitiva del niño. La búsqueda por parte del instructor de caminos «para vivir según el corazón» (es decir, por el amor, la bondad) conduce a una comprensión más empática de las almas de los niños y a la capacidad de encontrar el principio óptimo de interacción con ellos en cada situación específica.

Desde nuestra experiencia podemos recomendar esta metodología para su uso en el trabajo facultativo en las escuelas y en otras instituciones infantiles.

 

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