Ecopsicologia
ecologia espiritual

Conclusión V.V.Antonov

En lo más profundo del universo multidimensional, ahí reside Dios Padre, el Creador, un Océano de la más delicada, la más tierna Conciencia.

El mundo manifiesto (la Creación) fue creado por Él y está impregnado con la Luz del Espíritu Santo que sale de la Morada del Creador. Esto hace que el mundo manifiesto parezca como una suave manta que cubre al Creador.

El universo multidimensional entero es también Dios. Dios en este aspecto se llama el Absoluto (es decir, Absolutamente Todo). En el universo no hay nada (a excepción de las tinieblas de afuera, es decir, el infierno) que no sea Dios-Absoluto.

La Creación es un medio para la evolución de Dios. Las conciencias individuales nacidas de protopurusha [3,9-10,13] llegan a encarnar en cuerpos materiales para crecer y, al final de la evolución personal, conocerse a sí mismas como Parte del Creador habiéndose infundido a sí mismas en Él.

Cuando nos ponemos a prueba a nosotros mismos haciendo la pregunta «¿quién soy yo?», cada uno da una respuesta basada en los propios apegos («Soy un conductor», «Soy un director», «Soy un presidente», «Soy un científico», «Soy un hombre», «Soy una mujer», «Soy un muchacho», «Soy una chica», «Soy una persona enferma», «Soy un buscador espiritual», «Soy un Espíritu Santo», «Yo soy una parte del Creador»).

… Sí, en cierto momento uno puede querer conocerse a sí mismo como el Océano Infinito del Amor… Y renunciando a todo menos al amor, uno se conoce a sí mismo —a través de muchos sufrimientos— como Amor. Y el Amor es Dios en los aspectos del Creador (la Conciencia Primordial), Cristo (Mesías, Avatar), y el Espíritu Santo (Brahman).

Aquí en la Creación —a través de la evolución positiva de los seres encarnados— Dios Mismo cambia, evoluciona. La totalidad del mundo manifiesto está lleno de conciencias individuales que evolucionan positivamente o se degradan, las cuales son cambiantes partículas del Absoluto.

Y en este mundo cada uno de nosotros tiene una posibilidad de saber que Yo soy una Parte del Absoluto Uno mediante la fusión de la conciencia de sí mismo con la Conciencia de Dios.

Dios es Amor. Podemos llegar a ser uno con Él sólo si nos transformamos nosotros mismos (como conciencias) en un tan ideal Amor como Él lo es. ¿Cómo puede uno hacer esto? Fue enseñado por Jesús y por Otros Que vinieron desde el Creador.

En el mundo no existen ideales (desde el punto de vista del hombre común) condiciones para nuestra existencia encarnada. Sin embargo las personas que han entendido correctamente la Intención del Creador avanzan exitosamente hacia su Meta Suprema, desarrollándose a sí mismos como amor.

Uno sólo tiene que aprender a amar a todo el mundo tal como lo ama el Creador. Sólo entonces puede uno enamorarse del Creador, y este amor puede llevarle a uno a la Unión con Él.

Podemos aprenderlo nosotros mismos y ayudar a los niños en esta labor.

 

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