Ecopsicologia
ecologia espiritual

Cómo Dobrynya liberó un pueblo

Dobrynya cabalgaba a través de bosques y campos, sintiendo su poder Heroico. ¡Su corazón ardía con el Fuego. Sus brazos estaban llenos con poder y listos para abrazar con amor todo de la Madre Tierra!

Dobrynya miró en la distancia, tratando de entender dónde la acción Heroica que debía ser realizada por él se encontraba hoy.

Él vio un pueblo sobre una montaña… Las persianas estaban cerradas, los portones cerrados con llave… Las personas vivían ahí en esclavitud, en miedo, sin conocer la libertad…

Dobrynya miró alrededor: ¡no se veían enemigos, pero todo estaba cerrado y con llave! No había peligro alguno, pero el miedo vivía dentro de las personas…

… ¡Y en todo alrededor había amplitud y belleza!... ¡El viento soplaba libremente en los campos abiertos! ¡El río estaba limpio, rápido, y lleno de peces plateados! ¡En un bosque, había troncos gigantes que sostenían domos de follaje con sus ramas-brazos!

¡Animales de gran pelaje eran libres ahí! ¡Los peces eran libres! ¡Las aves eran libres! Pero la gente no era libre… No había enemigos alrededor, pero había miedo. ¡No había yugo, pero había esclavitud!...

Y si esa gente salía de ese pueblo encerrado — ellos llevaban esclavitud y muerte a todo alrededor. Ellos atrapaban pájaros y los ponían en jaulas o hasta los mataban; ellos atrapaban peces con sus redes, capturaban y torturaban animales de gran pelaje… ¡Esa gente de esclavitud y miedo no llevaban el bien a nadie, y ellos mismos vivían infelices!...

Dobrynya se sentó a la orilla del río limpio y comenzó a pensar sobre cómo él podría ayudar.

Él sacó algo de pan y comenzó a comer. Este era un pan especial, dado por Dios. ¡Si uno lo compartía con otros, no se acababa, sin importar cuánto uno diera!...

Pájaros volaron hasta Dobrynya, pequeños animales de gran pelaje corrieron, peces nadaron… Dobrynya dio a todos ellos algo de pan y comenzó a pedirles consejo:

—¿Por qué ustedes, pájaros, aman la libertad, pero la gente en este pueblo no?

Los pájaros contestaron:

—¡Nosotros nos reunimos cada mañana, vemos el sol, y queremos cantar! ¡Vemos el bello cielo azul — y queremos volar! Cada papá entre nosotros canta canciones sobre el amor, la belleza, y la libertad — y todos nuestros hijos escuchan estas canciones y las recuerdan…

»¡Las personas, al contrario, viven en habitaciones oscuras, sin ver ni el sol ni nuestro cielo azul! ¿Cómo pueden esforzarse por la libertad si ellos ni siquiera saben de ello? ¡Papás que crecieron en la esclavitud pueden enseñar a sus hijos solo esclavitud!...

Dobrynya agradeció a los pájaros.

Entonces le preguntó a los animales de gran pelaje del bosque:

—¿Por qué ustedes aman la libertad, pero la gente no?

Los animales de gran pelaje del bosque contestaron:

—Sentimos como la Madre Tierra nos lleva sobre Sí Misma. Si cavamos madrigueras — la Tierra nos protegerá del peligro, nos pondrá a dormir, nos calentará en el invierno, nos refrescará en el verano. Nosotros sentimos caminos y senderos con nuestras patas; nosotros conocemos el olor de cada brizna de hierba. A nosotros nos cubre cada noche el velo estrellado del cielo. Y durante el día nos lavamos a nosotros mismos con luz transparente. ¡Vivimos en nuestra Tierra felizmente! Es para nosotros como una gran Madre: Ella nos da agua para beber; Ella nos alimenta y nos salva del peligro…

»Pero la gente… ¡Ellos se han olvidado y ya no aman más a la Madre Tierra! ¡Y ellos no sienten Su calidez, Su ayuda, y Su protección! ¿Cómo pueden caminar y vivir en Ella en felicidad?...

Dobrynya agradeció a los animales de gran pelaje del bosque.

Entonces él comenzó a preguntarles a los peces por qué la gente no amaba la libertad.

Los peces no dijeron nada en respuesta, así — ofendidos con la gente — sólo destellaron en el sol con la plateada curva de sus lomos, se sumergieron en las limpias aguas del río y se escondieron en las profundidades…

Dobrynya se inclinó en respeto a los peces.

Entonces él comenzó a pensar sobre cómo mostrarle a la gente el Cielo y la Tierra, el agua y el sol, cómo cantarles a ellos la canción sobre la libertad.

Él vio a algunos mendigos acercándose a él con sus sacos, gimiendo y quejándose, cantando su miserable canción:

—¡Danos, buen hombre, algo de dinero para comida!... ¡Somos pobres, pobres, pobres!... El sol nos quema; el viento sopla frío sobre nosotros; dormimos en la tierra desnuda; nuestros huesos duelen… ¡Somos pobres, pobres, pobres!...

Dobrynya partió un poco de pan y le dio a uno de los mendigos. Él lo escondió en su bolsillo, sin compartirlo con otros, sin agradecer a Dobrynya…

El segundo mendigo empezó a lamentarse y a llorar:

—¡Dame también, dame también!...

Dobrynya también le dio… Este hizo lo mismo…

Dobrynya comenzó a hablar con ellos sobre este pan maravilloso que no se acababa si uno lo compartía con otros… Pero ellos no le escucharon, ondearon sus manos en señal de despedida y se fueron… Todos comieron su parte hasta la última miga y permanecieron como los mismos mendigos de antes…

Dobrynya empezó a preguntar a Dios Padre:

—¿Cómo esta gente puede ser despertada?

Dios dijo:

—¡La llave para la Libertad es el corazón espiritual del hombre! ¡Este es el amor sin egoísmo! ¡Despierta el amor en esas almas! ¡Sólo así ellos pedirán por Libertad y olvidarán sus miedos, porque el amor es más fuerte que todos los miedos!

—Pero, ¿cómo el amor puede ser despertado?

—Decídelo tú mismo…

Dobrynya cabalgó hacia el portón de hierro y comenzó a tocar. Nadie abrió el portón… Entonces Dobrynya golpeó con su poder Heroico, y el portón retumbó; golpeó una vez más, y este comenzó a estremecerse; golpeó una tercera vez, y del portón volaron las bisagras y cayó al suelo.

Dobrynya empezó a cabalgar por las calles, y fue como si un viento fresco comenzara a soplar por el pueblo, como si una canción sonora comenzara a fluir, y como si el poder puro empezara a salir a raudales… El viento abrió las persianas de la casas; el sol comenzó a brillar más brillante; los pájaros volaron por sobre Dobrynya, cantando sus himnos de libertad. ¡La gente estaba asombrada! El sol iluminó sus casas, y ellos vieron lo que había adentro: solo polvo y cosas innecesarias. Y los más osados se apresuraron a las calles.

Dobrynya sentó niños sobre su caballo en frente de él, les contó cuentos, y les cantó canciones. Mucha gente corrió a la plaza. ¡Todos ellos estaban maravillados!

Dobrynya comenzó a decirles que todos podían vencer a la serpiente con siete cabezas dentro de ellos y ellas. Estas cabezas eran: odio, miedo, pereza, resentimiento, ira, celos y tristeza. ¡Y que luego, después de derrotarlas, uno se volvía libre — y el amor comenzaba a brillar en el alma como el sol brillante!

—¿Acaso escuchan gente, cómo el corazón está latiendo en el pecho de todos? ¡Es el amor del corazón en el pecho — como un pájaro en una jaula — que azota, pidiendo ser liberado!... ¡Abran — como una ventana puede ser abierta — esas jaulas cerradas con los brazos de las almas! ¡Dejen que la luz del amor — limpia y brillante como el sol de la mañana — brille en vuestros pechos! ¡Dejen que esta luz fluya y se expanda en todas direcciones! ¡Sonríanse mutuamente con ternura! ¡Vean cómo azul, alto, transparente, y claro el cielo es! ¡Todos, con la boca del corazón, pueden decir gracias al sol por la luz, la calidez y la vida! ¡Y luego la luz de vuestro amor, habiendo fluido a raudales desde vuestros pechos, llenará todo el espacio alrededor! ¡Las almas, habiéndose liberado, desplegarán sus gentiles y anchas alas sobre la extensión, abrazando con amor todas las vidas: ambas, a la Madre Tierra, y a todos quienes viven en Ella!

La gente fue con Dobrynya hasta el río limpio y se bañaron en sus aguas. Y Dobrynya les mostró aún más: el Río de la Luz Viviente que fluye sobre la tierra y lava todo con Él Mismo. Y les habló sobre la Madre Tierra, que alimenta y nutre todo y a todos con Su amor, sobre Dios Padre, Quien crea todo con Amor y está listo para hablar con cada uno, ayudando en el Camino del Amor.

¡Dobrynya empezó a juntar la hueste para que los Héroes no llegaran a su fin en la Tierra, y así habría aquellos quienes pudieran hablarle a la gente sobre la libertad! ¡Era necesario, porque pueblos encerrados están por todos lados y la gente-esclava vive en ellos!

… Los cuentos sobre cómo Dobrynya conquistó a la serpiente de siete-cabezas y liberó a miles de personas aún viven en esas regiones hasta el día de hoy.

… Y Dobrynya continuó cabalgando a través de los bosques y los campos, sintiendo su poder Heroico. ¡Su corazón ardía con Fuego. Sus brazos estaban llenos con poder y listos para abrazar con amor todo de la Madre Tierra!

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