Ecopsicologia
ecologia espiritual

La séptima parábola:
Las pruebas no cesarán hasta el mismo final del Camino

El tiempo pasaba. La meditación diaria se convirtió para Lao Tsé en un trabajo usual.

No obstante, en cierto momento, él notó que sus esfuerzos incesantes ya no le daban la misma alegría y satisfacción.

Además de esto, el clima había cambiado y la lluvia había estado cayendo sin parar ya por varios días.

Incluso al burrito no le gustaban las ráfagas de viento con lluvia y el barro que corría debajo de sus cascos.

El frío penetraba el cuerpo de Lao Tsé, envuelto en ropa mojada y pasar las noches a la intemperie no le permitía descansar.

Era cada vez más y más difícil meditar, aunque él trataba de hacer todo lo posible.

Lao Tsé no podía comprender qué era lo que Huang Di quería de él, y cuando Le preguntaba a Huang Di acerca de esta situación, el silencio del Maestro era la única respuesta.

Lao Tsé trataba de superar su fatiga, pero…

Finalmente, Huang Di dijo:

—¿Así que estás harto de todo esto y quieres regresar a tu vida anterior y olvidar el Camino hacia Tao?

—¡No! ¡Por supuesto que no! Pero ¿por qué todo está mal?

—La fatiga o las enfermedades del cuerpo obstaculizan el trabajo espiritual. Es necesario mantener la energía del cuerpo en buenas condiciones.

»¡Entra en la casa y tómate un descaso! Después de esto, discutiremos todos tus problemas.

De pronto, una casa vieja y abandonada apareció ante los viajeros cansados.

Lao Tsé entró y miró alrededor. Aquí estaba seco y tranquilo. La humedad y el viento no penetraban adentro. Solamente se escuchaba el sonido regular de la lluvia a través de las paredes dañadas en algunas partes.

En un rincón había un montón de heno fresco. Así Lao Tsé halló una cama caliente y el burrito, una buena cena debajo del techo.

—¡Gracias, Huang Di!

—Acepto tu gratitud y, respondiendo a tu pregunta, he de decir que era sólo una pequeña prueba.

—¡Pero Yo pensaba que todas las pruebas habían terminado hace ya mucho tiempo, desde que estoy contigo totalmente!

—Las pruebas no cesan hasta el mismo final del Camino. ¡La posibilidad de caer, de abandonar los esfuerzos o de hacer una mala elección es también parte del «tostado» Divino del alma que ella debe pasar para lograr la Perfección!

»¡Bueno, ahora descansen!

El burrito comenzó a comer su cena.

Lao Tsé también cenó algo de pan de arroz que tenía guardado y se durmió.

Él soñaba con el espacio de Luz Divina, en el cual planeaba como un pájaro y descansaba como un alma. Mientras tanto, su cuerpo también restauraba las fuerzas…

* * *

Hacia la mañana, Lao Tsé se vio entre sus amigos durante una de las lecciones de Huang Di.

Ellos estaban reunidos de nuevo en la sala de conversación.

Huang Di dijo a Sus discípulos:

—Hoy hablaremos de algunos aspectos y condiciones importantes que permiten avanzar por los escalones del Camino. Esto será útil tanto para ustedes como para sus futuros discípulos.

»La rutina y la monotonía de los ejercicios espirituales y los esfuerzos dedicados al servicio pueden esconderme del practicante. Esto es similar a la situación cuando una nube densa y gris esconde la luz del sol por largo tiempo.

»¡Sin embargo, aun en tal situación uno no debe olvidar que todos los esfuerzos espirituales pueden dar buenos frutos siempre y cuando estén realizados por el alma que se transforma perseverantemente en Amor!

»¡Yo no salgo al encuentro de aquel que no Me ama!

»Y quien se olvida del amor abrazará durante sus meditaciones sólo un vacío muerto. Esta persona no recibirá la satisfacción de tal trabajo espiritual e incluso podrá considerar como equivocados los métodos y la misma formulación de la meta y de las tareas de los esfuerzos espirituales.

»El problema en tales casos radica en la pérdida del amor por Tao. Si alguien pierde el estado de este amor tan siquiera por un momento, entonces ese Sagrado Que parecía estar casi en las manos se vuelve imperceptible.

»¡El “yo” del alma y la Infinidad de Tao pueden unirse y formar la indisoluble Unidad, pero el único camino para alcanzarlo es el amor!

»Por eso es necesario volver una y otra vez al estado de amor por Tao, especialmente en situaciones difíciles.

»Así la Unión con Tao puede llegar a ser habitual.

»En el camino hacia esto, el practicante debe aprender a vivir sin oponerse a la Voluntad de Tao en nada, ni en lo grande ni en lo pequeño.

»Después de esto, en la próxima gran etapa de perfeccionamiento, el practicante ha de aprender a vivir procediendo desde la Infinidad de Tao. No obstante, esto tampoco puede ser logrado inmediatamente.

»Al comienzo, cada alma evoluciona siendo una individualidad. Esto es necesario para su perfeccionamiento cualitativo y crecimiento cuantitativo.

»¡Sólo aquella alma que ha llegado a ser muy grande y ha desarrollado todas las cualidades Divinas puede disolverse por completo en Mi Tranquilidad Transparente!

»Al principio, aquellos que exploran a Tao vienen a Su Morada como huéspedes. ¡Los Grandes Te, en cambio, vienen a esta Morada y desaparecen en Tao, ya que de este modo Ellos regresan a Su Casa común! ¡Esto significa que Ellos se han convertido en Anfitriones, es decir, han aprendido a estar en la Unidad con Tao todo el tiempo! Ellos también pueden salir de la Morada de Tao para actuar en el mundo material.

»Además, cabe mencionar que mientras un cuerpo humano no ha obtenido la perfecta y total Tranquilidad Divina de Tao, éste puede ser afectado por muchos factores adversos.

»La destrucción y muerte del cuerpo —de por sí— no hacen daño al alma. Así que no tengan miedo a la muerte de su cuerpo.

»Sin embargo, los cuerpos nos son dados para que podamos crecer y desarrollarnos en éstos. Es por eso que debemos esforzarnos por mantenerlos sanos y fuertes. ¡Hay que descansar al tener la fatiga, resistir a las enfermedades y tratarlas!

»El cuerpo material es necesario para recorrer el Camino espiritual y por eso ha de tratarse con cuidado, como una especie de vestido que me ha dado Tao para toda mi vida en la Tierra.

* * *

En ese momento Lao Tsé despertó lleno de alegría por la comprensión obtenida.

El sol brillaba fuera de la casa y las gotas de agua relucían en las hojas mojadas.

Lao Tsé lavó su cuerpo en una pequeña cascada que había por allí.

Él se percibió verdaderamente despierto y, al igual que con el agua, comenzó a lavarse con los flujos de Luz-Amor Que chorreaban de la Fuente Celestial. Estos flujos destellantes daban Éxtasis y corrían sin parar a través de su cuerpo y alrededor de éste.

¡Lao Tsé se dio cuenta una vez más de la gran ayuda que los Te están siempre dispuestos a brindar a aquellos que buscan la purificación!

¡La Luz-Amor llenó tanto el cuerpo como el alma! Lao Tsé experimentaba el irresistible deseo de regalar esta Luz a todo lo vivo, a todos los seres alrededor, incluyendo a las personas que viven sin saber sobre esta Gran Luz de todos los Te! ¡En cambio, los Grandes Te están siempre dispuestos a ayudar en la sanación y transformación de los cuerpos y de las almas y a abrir el Gran Camino del conocimiento de Tao a quienes lo desean!

Lao Tsé vio un melocotonero cuyas flores abiertas a la luz del sol regalaban su belleza y fragancia a todo. Lao Tsé se experimentó como un árbol que hasta ayer había estado desnudo y absorbía con sus raíces la humedad de las profundidades, pero que hoy se había cubierto de fragantes flores.

Él usó esta imagen como base para una nueva meditación. En ésta Lao Tsé se sumergió en las profundidades de la Luz-Fuego conocida por él, se disolvió en Ella y comenzó a brotar, a ascender, siendo esta Luz-Fuego, hacia su propio cuerpo.

Los flujos del Amor Divino vivificante empezaron a correr dentro de su cuerpo y se abrían en los chakras como unos capullos de flores, llenos de éxtasis y pureza.

¡Luego los canales energéticos también se llenaron de este resplandor! ¡Era como si la primavera y la fragancia hubieran entrado fluyendo en cada rincón de su cuerpo! Ahora la Luz-Fuego pasaba libremente dentro de todos los canales energéticos.

¡Lao Tsé se experimentó lleno de Luz, y esta Luz estaba anhelando inconteniblemente irradiarse afuera!

¡El cuerpo no muy joven de Lao Tsé adquirió una increíble ligereza, flexibilidad juvenil y movilidad y comenzó a irradiar esa Luz de tal manera que la aureola de Amor-Éxtasis abrazó todo el espacio circundante!

Huang Di felicitó a Su discípulo:

—¡Bien hecho! Has demostrado tu creatividad y estás a punto de aprender la meditación «Árbol».

»Para hacerlo, debes percibir ahora que todos los seres en la Tierra reciben la fuerza vital de Tao, como las plantas reciben los nutrientes del suelo. Esta meditación debe comenzar desde el mar de Luz-Fuego o desde la Gran Tranquilidad del Océano de Tao. En este caso, a medida que vas aprendiendo esta meditación, podrás experimentar a todos los seres como las ramas pequeñas del gran Árbol Divino.

»Así obtendrás la facultad de restaurar el funcionamiento correcto de los órganos internos de tu cuerpo y también de sanar a otras personas.

»Con todo, recuerda que las energías que fluyen dentro de los cuerpos de diversas personas difieren por el nivel de sutileza y corresponden al estado del alma que vive en ese cuerpo.

»Si el nivel de sutileza de estas energías dentro del cuerpo concuerda con la Tranquilidad Transparente de Tao, entonces la materia misma de este cuerpo también se transformará gradualmente.

»Cuando todos los chakras y meridianos principales son purificados y los tres dantianes están desarrollados y refinados, es posible llenar todos los canales energéticos del cuerpo, incluso los más pequeños, utilizando esta imagen del árbol. En este caso, el Poder Divino de Tao impregnará el cuerpo entero desde adentro y saturará su carne de un estado Divino.

»Más tarde la materia de este cuerpo se transformará totalmente volviéndose Divina. ¡Tal cuerpo obtendrá luego la inmortalidad y su dueño, todas las cualidades de Tao: Amor, Omnipresencia, Omnisciencia y Omnipotencia!

»Así Tao consigue la posibilidad de actuar más eficazmente en el mundo material a través de nuestros cuerpos.

»Sin embargo, para lograr esto, tendrás que trabajar mucho todavía.

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