Ecopsicologia
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Autorregulación psíquica para niños de 11-13 años S.V.ZavyalovA la edad de 11-13 años los niños acumulan activamente conocimientos básicos sobre el mundo que les rodea. Algunos empiezan a dominar la armonía; esto se relaciona con la formación de las estructuras emociogénicas del organismo y su búsqueda de la armonía en las relaciones con otras personas y con el mundo. Teniendo esto en cuenta, el instructor tiene que proporcionar a los niños información sobre todas las cuestiones importantes para ellos, ayudar a desarrollar su capacidad creativa, formar en ellos una actitud benevolente hacia el mundo. Es importante que los estudiantes aprendan sobre sus posibilidades en la vida y reciban la oportunidad de probarse a sí mismos en diferentes tipos de actividad. La edad adolescente es la etapa en que tiene lugar el desarrollo físico y psíquico intensivo del niño. Especialmente significativos son los cambios anatomo-fisiológicos relacionados con la pubertad (se trata de una compleja serie de cambios anatómicos, fisiológicos y psicológicos). El proceso puberal y el rápido crecimiento del cuerpo incrementan en los adolescentes su vulnerabilidad psíquica y excitabilidad. En el entorno social, los requerimientos que se les hacen cuando llegan a la edad adolescente se vuelven más altos. Ello puede presentarles dificultades debido a su falta de experiencia de vida. En tal caso, pueden mostrar conducta y emociones inestables. El instructor tiene que tener en cuenta todos estos problemas a la hora de crear el programa para las clases. Para la creación de nuestro programa de trabajo se utilizó el curso de autorregulación psíquica para adultos [9] (su primera parte, previa al trabajo con los chakras) y la experiencia de trabajo con niños acumulada en la Escuela del Dr.Antonov. Nuestras clases incluyen también algunos métodos de hatha yoga y lucha libre, conversaciones éticas, etc. Por lo general, las clases se llevaron a cabo conforme a este esquema: 1. Meditación introductoria. 2. Ejercicios psicofísicos, meditación Latihan, danza espontánea. 3. La serie de asanas Surya Namaskar. 4. Juegos-meditaciones, ejercicios para desarrollar la concentración, pranayamas. 5. Juegos dinámicos. 6. Asanas de Hatha yoga. 7. Elementos de lucha libre. 8. Relajación. 9. Conversación. La parte psicoenergética de la clase es especialmente importante, ya que desarrolla la esfera emocional y la capacidad de visualización; esto permite a los niños entender mejor el mundo que les rodea y conocer nuevos estados emocionales sutiles. Debido al carácter específico de la percepción de los adolescentes, la primera tarea del instructor es interesar a los estudiantes en los ejercicios. De modo que el instructor tiene que decidir cómo presentar la información a los estudiantes. Por ejemplo, se puede utilizar la siguiente explicación: «Vamos a aprender cómo convertirnos en magos: para convertirse en mago tenemos que cambiar nosotros mismos, aprender a estar llenos de amor y bondad. Las personas que nos rodean sentirán esto. Si estamos llenos de bondad, entonces todo el mundo que nos rodea va a cambiar, porque vamos a verlo con otros ojos; sólo nosotros mismos podemos crear el mundo del amor y la alegría, y para esta tarea existen métodos especiales que podemos aprender.» Uno puede contarles la historia de una niña ciega desde que nació, pero que luego recobró la vista. Miró a este maravilloso mundo por primera vez ¡y encontró que es muy hermoso! La niña preguntó a su madre: «¿Por qué no me hablaste de esto?» Y la madre respondió: «Te lo dije muchas veces, pero no podías entenderme!» De manera similar, todos nacemos espiritualmente ciegos; nuestros ojos espirituales están cerrados, ¡y no vemos el mundo de la belleza! Sin embargo, podemos aprender los métodos que nos permiten abrir los ojos espirituales, y entonces veremos que en torno a nosotros ¡está… el amor! Mas para llegar a esta meta, tenemos que hacer un esfuerzo. Tras una introducción así los niños de buen grado empiezan a hacer la meditación introductoria, los ejercicios psicofísicos y otros. El dominio de los ejercicios psicofísicos puede resultarles más fácil si sintonizan con imágenes de la naturaleza: una flor, un alga marina, el sol, etc. Por ejemplo, al hacer el ejercicio Despertarse, los niños pueden usar la imagen de un girasol que siente la primavera, despierta y se extiende hacia el sol. Se hace más y más grande; sus hojas crecen; su brote se hace más vigoroso y se abre en una gran flor amarilla. Estiramos los brazos-pétalos a la luz solar y de ella llenamos el cuerpo-tallo… y poco a poco ¡quedamos formados por dorados rayos de sol! Para el ejercicio Reconciliación puede usarse la imagen del océano de tierna luz; estamos en su fondo y acariciamos este océano con nuestras manos, dándole nuestra ternura con esos toques. El ejercicio Regalar: dentro de mi pecho, una gran flor blanca florece; todo el pecho se llena de su fragancia sutil; con mis manos extiendo esta fragancia a mis amigos. Danza espontánea: Soy un alga marina en el danzante volumen de un agua tibia. Es bueno realizar la meditación Latihan usando la imagen de una alegre lluvia dorada. En nuestras clases también usamos la técnica de la sonrisa interior. Esto implica que uno ha de aprender a hacer de la sonrisa externa no una mera máscara a usar cuando haga falta, sino hacerla nacer desde la sonrisa interior. Una vez más, el instructor ha de hallar formas de presentar este ejercicio a los niños. Este método consiste en visualizar la propia cara sonriente, y luego desplazar la energía de esta sonrisa al corazón espiritual y distribuirla a todo el organismo. Entonces el instructor sugiere a los estudiantes sentir esos labios sonrientes y los ojos que irradian alegría apareciendo en diferentes partes del cuerpo… ¡y todo el organismo comienza a brillar con una sonrisa! Es muy importante que el instructor, también, haga este ejercicio con total compromiso emocional, de modo que los niños puedan imitarle; las habilidades de imitación generalmente están bien desarrolladas en ellos. Es importante enseñarles la concentración para que su atención no se disperse y se haga constante. A tal fin uno tiene que encontrar un enfoque que atraiga a los niños. Por ejemplo, durante la meditación introductoria, primero imaginamos que estamos de pie en el planeta Tierra rodeados de muchos seres vivos. El sol brilla en lo alto y nos da vida. Escuchamos cómo laten nuestros corazones… Luego imaginamos que en lugar del corazón en el pecho hay un adorable trocito de sol, y todo el pecho se nos llena con su luz, y empezamos a brillar como un proyector desde el pecho… Para desarrollar la capacidad de visualización son útiles los siguientes ejercicios: El ejercicio Libélula: estamos de pie en un claro del bosque en un cálido día de verano; descalzos sobre hierba verde y suave, y sentimos que la hierba es muy suave… Una libélula vuela cerca de mí; estiro mi mano hacia ella… y ella desciende a mi mano. La libélula goza bajo el sol… Calentemos a la libélula con nuestro amor que fluye desde la palma de la mano… Hay un ejercicio con una naranja: pelamos una imaginaria naranja; su jugo fluye por nuestras manos, mordemos un gajo y tragamos… En nuestras clases también usamos algunos pranayamas. Por ejemplo, nos volvemos magos. En la palma de todos hay una blanca bola de luz. La insertamos en la palma, la movemos por el brazo, por el pecho, a través del otro brazo, y la bola aparece en la otra palma. Al principio los niños pueden hacer este ejercicio en parejas: uno de ellos mueve su dedo a lo largo del trayecto por el que se mueve la bola para ayudar a su compañero a hacer el pranayama. Los niños enseguida se cansan de concentrarse, así que es importante terminar el ejercicio a tiempo para que se mantengan en un buen estado emocional. En las clases también usamos ejercicios de identificación de uno mismo con alguna imagen (lo mejor, una que sea dinámica). Por ejemplo, nos adentramos en la imagen de un pájaro que vuela, o nos identificamos con un avión, o jugamos al tren y cada uno se convierte en un vagón de este tren, pasamos por varios lugares, distintos paisajes. O nos unimos y formamos una gran serpiente que se mueve hacia adelante. O nos convertimos en un cardumen de delfines juguetones; el mar es nuestro hogar; viajamos en el mundo bajo el agua, damos saltos sobre el agua y nos sumergimos de nuevo. Estos ejercicios traen mucha alegría a los niños. A fin de volver estables los estados emocionales sutiles y así hacer a los niños sanos y fuertes, el instructor tiene que proporcionarles las habilidades básicas del trabajo con el cuerpo. Uno de estos métodos son las asanas de hatha yoga. En las clases usamos, entre otras, la serie de asanas Surya Namaskar o Saludo al Sol. Tras varias asanas simples siguen: la postura del cuco, la postura de la rana, la postura del arco. Antes de hacer las asanas los niños hacen la sintonización emocional: se dicen a sí mismos que van a hacer las asanas bien y con confianza. También aprenden que tenemos que hacernos dueños de nuestros cuerpos, no al revés. Los ejercicios de lucha son muy útiles para el desarrollo armonioso de los adolescentes. Los niños pueden aprender métodos sencillos de artes marciales como el sambo o el aikido. Las clases de lucha se realizan como situaciones de juego. Desarrollan fuerza, les dan estabilidad psicológica ante situaciones difíciles y ayudan a desarrollar la fuerza de voluntad. Junto con el hatha yoga, permiten al niño dominar el cuerpo, para lograr que se sienta mejor. Esto contribuye al desarrollo del coraje y les da habilidades prácticas. Para la relajación emocional y de cara a que los niños se interesen más en las clases empleamos todo tipo de juegos de movimiento. Son diferentes variantes de los juegos de persecución, carreras de relevos, etc. Los niños se vuelven muy agitados durante este tipo de juegos, así que tiene sentido, tras hacerlos, enseñarles a calmarse en una de las posturas de relajación. Para descansar al final de la clase, y durante la clase si hace falta, usamos la relajación en la postura del cocodrilo, en la postura de la media tortuga o tumbados de espaldas. Durante la relajación usamos la visualización de nubes que flotan en el cielo, pájaros planeando; los niños pueden identificarse con estos objetos. Una de las partes más importantes del programa es la conversación final, en la que el instructor realiza las partes intelectuales y éticas de la labor. Las conversaciones con los niños se basan principalmente en el material del Nuevo Testamento (concretamente, en las parábolas), junto con la discusión sobre temas tales como: — el significado de la vida, — la vertiente ecológica de la existencia humana, — cómo desarrollar en uno mismo la capacidad de amar — los principios de la evolución en el universo, — cómo vivir sin causar daño a nadie. Desarrollamos tal conversación durante 10-15 minutos en forma adecuada para los niños. Muchos están interesados en estos problemas y empiezan a hacer preguntas, lo cual es bastante importante. Ellos muestran mucho interés en la cuestión de la ahimsa de kshatriya. Ahimsa es el principal principio ético que dice: «No causes daño, en todo lo posible, a otros seres vivos: ni en acciones, ni en palabras ni con pensamientos» [9]. Un kshatriya es un líder, un guerrero. El ahimsa de kshatriya dice lo siguiente: «Para ser capaz de usar el poder sin enojarse, ¡hay que ser fuerte y amable!». Los niños necesitan trabajar con este tema de manera práctica, con la ayuda de los métodos de lucha. Es beneficioso que el instructor pueda realizar varias clases en plena naturaleza, en el bosque. Aquí los niños pueden aprender una actitud cuidadosa hacia la naturaleza viva. Por ejemplo, cómo construir un fuego sin causarle daños. También pueden intentar encontrar las fronteras de los capullos bioenergéticos de los árboles; esto ayuda a comprender en la práctica que todos los seres vivos que nos rodean son nuestros compañeros en el proceso de la evolución. * * * Al final de las clases se pueden notar los cambios que se han producido en los niños. Estos cambios son, en primer lugar, un conocimiento más amplio y más amplias perspectivas, habilidades y cualidades positivas, el interés activo en la reforma de uno mismo, de acuerdo con la información presentada en las clases, y un menor nivel de desconfianza. Muchos comienzan a estudiar mejor en la escuela, se vuelven más tranquilos; algunos corrigen su conducta de acuerdo con los principios éticos que han aprendido. Sus padres notan que los niños adquirieron aspiración a la creatividad (quieren pintar, quieren ir a clases creativas), que desarrollaron confianza en sí mismos y que tienen un mayor interés hacia las clases en la escuela ordinaria.
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